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Basílica de la Natividad de Belén (Betlehem)

  

“Belén es nombre simbólico: en árabe “casa de la carne” y en hebraico “casa de pan”. Se encuentra a solo 8 kilómetros de la ciudad de Jerusalén. Es un poblado árabe, de unos 35.000 habitantes. Sin lugar a dudas para los creyentes la Basílica de la Natividad de Belén es un lugar excepcional, por el significado que conlleva al ser el lugar donde nació Jesús.  La actual Basílica de la Natividad fue construida por el emperador Justiniano (527-565), en el lugar de la anterior basílica de Constantino (siglo IV) que había resultado severamente dañada durante la revuelta de los samaritanos en 529. La basílica está dedicada a la Santa Madre de Dios (Theotokos). El tradicional lugar de la Natividad está conservado en la gruta ubicada debajo del coro.

Durante el período de los reinos cruzados, cuando ellos controlaban efectivamente el área de Jerusalem (1099-1187), la Basílica de la Natividad en Belén fue utilizada para las ceremonias de investidura real.  El contorno del edificio es el de una basílica clásica, con un narthex, una nave, cuatro pasillos (dos a cada lado), un coro, cruceros y un ábside. La orientación es este-oeste, con el ábside y el santuario hacia el oriente. Monumentales escaleras a ambos lados del coro conducen hasta la gruta de la Natividad. Las puertas en el lado sur de la basílica conducen a los adyacentes monasterios armenio y griego; las puertas en el lado norte del edificio conducen a la iglesia franciscana (católica romana) de Santa Catalina de Alejandría.

La entrada principal a la basílica se encuentra en el lado oeste. Dos de las entradas originales del siglo VII fueron tapiadas. El portón norte está disimulado por un contrafuerte; el portón sur, por una pared del adyacente monasterio armenio. El tamaño del restante portón central fue reducido varias veces y la actual entrada tiene sólo 1,2 m de altura. Arquitectónicamente, el resto de la basílica permaneció igual desde el momento de su construcción, con algunos pequeños remanentes de las decoraciones originales o medievales. En lo alto de las paredes de la nave aún se pueden ver fragmentos de mosaicos bizantinos del siglo XII. También son visibles restos de la decoración cruzada en los pilares que separan los pasillos en el cuerpo principal de la iglesia. Las partes superiores de estos pilares están pintadas con imágenes de diversos santos de las iglesias de Occidente y Oriente (entre los que se cuentan San Sabas, San Eutimio, San Olaf de Noruega, San Canuto de Dinamarca y San Catal de Irlanda). Desde las Cruzadas, partes de la iglesia pasaron a ser propiedad de las comunidades ortodoxa griega, ortodoxa armenia y católica romana. Los derechos, privilegios y posesiones de estas comunidades están protegidos por el Status Quo de los Santos Lugares (1852), tal como está garantizado en el artículo XII del Tratado de Berlín (1878).

El cuerpo principal de la basílica, incluida la nave, los pasillos, el katholicon (el coro y el santuario), el crucero sur y el Altar de la Natividad en la gruta pertenecen a la Iglesia Ortodoxa Griega. El techo de la basílica data del siglo XIV. La Iglesia Ortodoxa Armenia tiene la propiedad del crucero norte y el altar en ese lugar. Tiene también el uso en algunas ocasiones del altar ortodoxo griego de la gruta. La Iglesia Latina (católica romana) tiene la propiedad exclusiva del Altar de la Adoración de los Reyes Magos en el área de la Gruta de la Natividad, conocida como "la Gruta del Pesebre". La Iglesia Latina conserva también la propiedad de la estrella de plata debajo del adyacente Altar de la Natividad, con la inscripción "Hic de Virgine Maria Jesus Christus Natus Est". Tanto los católicos como los armenios tienen derecho de paso y de procesión en la nave.


Según  los cristianos, el Antiguo Testamento atestigua que Belén sería la cuna del Rey David, el hijo menor de Iese, elegido por Dios, ungido por el profeta Samuel para ser “el 2º Rey de Israel” y cabeza de la dinastía, de la cual nacería el Mesías. “Belén y David quedarían a partir de entonces como una nota destacada en los oráculos mesiánicos”. El profeta Miqueas le correspondió revelar donde nacería el “Ungido de las naciones”: Mas tú, Belén Efratá, aunque eres la menor entre las familias de Judá, de ti me ha de salir aquel que ha de dominar en Israel, y cuyos orígenes son de antigüedad, desde los días de antaño. Por eso él los abandonará hasta el tiempo en que dé a luz la que ha de dar a luz. Entonces el resto de sus hermanos volverá a los hijos de Israel. El se alzará y pastoreará con el poder de Yahveh, con la majestad del nombre de Yahveh su Dios. Se asentarán bien, porque entonces se hará él grande hasta los confines de la tierra .

Belén, según el  Nuevo Testamento a través de los Evangelios cristianos fijan que allí nació Jesús indicando: “En aquel tiempo, apareció un edicto del César Augusto para que se hiciera el censo de toda la tierra. (...) Y todos iban a hacerse empadronar, cada uno a su ciudad. Subió también José de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Betlehem, porque era de la casa y linaje de David, para hacerse inscribir con María su esposa, que estaba encinta. Ahora bien, mientras estaban allí, llegó para ella el tiempo de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito; y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la hostería . El profeta Miqueas lo había profetizado siglos antes.

 
Los contemporáneos de Jesucristo conocían muy bien esa profecía, pues los Santos Evangelios hacen mención de ello: Ellos le dijeron: En Belén de Judea, porque así está escrito por medio del profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres, no, la menor entre los principales clanes de Judá; porque de ti saldrá un caudillo que apacentará a mi pueblo Israel .
  
La Basílica de la Natividad recuerda este acontecimiento importante a través de “La Estrella de plata” que indica el lugar donde nació Cristo en la Gruta de la Basílica de la Natividad, (...) Si bien el altar pertenece al rito griego ortodoxo, la inscripción de la estrella es latina y reza: ‘Aquí, de la Virgen María, nació Jesucristo’”. La gruta de la Natividad tiene las dimensiones de una pequeña capilla casi rectangular (12,30 metros por 3,50 metros), con un pequeño ábside en el extremo oriental. “El pesebre es venerado en la capillita, igualmente rupestre, de al lado. El altar que está en frente al pesebre está dedicado a los Reyes Magos. En él pueden celebrar la misa los sacerdotes católicos”.

Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento . “... el lugar tradicional del nacimiento de Cristo. Es una gruta que se encuentra bajo el presbiterio. A ambos lados de este hay una escalera que comunican con la gruta” (...) La gruta es una capilla de reducidas dimensiones, con una estrella de plata señala el lugar donde Cristo nació de la Virgen María”. “El pesebre es venerado en la capillita igualmente rupestre de al lado

La Iglesia de Santa Catalina fue construida en la Edad Medía y dedicada a la mártir de Alejandría. Hoy es la Iglesia parroquial de la comunidad católica de la ciudad de Belén, regenteada por la Congregación fundada por San Francisco de Asís. Es en esta Iglesia, donde se celebra con toda solemnidad la Navidad del Verbo Encarnado, presidida la Santa Misa por el Patriarca latino de Jerusalén. “La iglesia ha sufrido varias transformaciones. En 1880 fue ampliada hacia el oeste, sacrificando la galería oriental del claustro de San Jerónimo, situado a la entrada de la Iglesia, lo que fue una pérdida, por tratarse de una obra notable en su género en Palestina. En 1948 fue restaurada por A. Barluzzi. En el centro luce una estatua de San Jerónimo”.

En la nave derecha de la Iglesia de Santa Catalina hay una escalera que desciende las grutas llamadas de San Jerónimo, en memoria de este santo Doctor de la Iglesia. Según una tradición, este santo, quien vivió en la ciudad de Belén, y fue donde escribió la Biblia, llamada “Vulgata”, eligió estas grutas para su sepultura. La gruta más grande está dedicada al Patriarca San José y a la visión del ángel, quien le ordena de parte de Dios que parta hacia Egipto para salvar al Divino Niño que estaba en peligro. A la izquierda de la entrada, una capillita rupestre dedicada a los Santos Inocentes. Debajo del presbiterio se encuentran algunas tumbas vacías de personas que quisieron ser enterradas cerca del Santo. Próxima a la escalera de bajada, por el lado derecho, una puerta comunica con una estancia, donde pueden verse los cenotafios de las Santas Paula y Eustoquia, su hija y el de Eusebio de Cremona. “A la izquierda, junto a la entrada, existe una cisterna que, según estudios arqueológicos, es anterior al nacimiento de Jesucristo, lo que prueba que están grutas eran ya utilizadas para cobijo de animales y, probablemente, también de personas”.

La “Gruta de la Leche” se encuentra cercana a 200 metros aproximadamente del Santuario de la Natividad. Según una tradición, en la huida a Egipto, la Santísima Virgen María sentada sobre una roca, dio de mamar al Verbo Encarnado. A la entrada de la capilla, se encuentra una hermosa escultura de San José conduciendo un pequeño burro, quien lleva en su lomo a su esposa, la Virgen María y al Niño Dios, en brazos de su Madre. Ambos padres miran con ternura a quien es el Verbo Encarnado. La capilla tiene muchísimos cuadros, donde se ve a la Virgen María dándole el pecho a su Divino Hijo.



nota: información rescatada de artículos publicados en:

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